Se encontraron restos óseos humanos en el Caserío de los Negros
El hallazgo de restos óseos humanos en el Caserío de los Negros confirma relatos históricos sobre el rol de Montevideo como puerto principal de ingreso para miles de africanos esclavizados en el Cono Sur. En el marco de los 300 años de la fundación de Montevideo, la recuperación de este sitio representa un rescate histórico y una oportunidad de reparación para una comunidad históricamente invisibilizada.
El arqueólogo José López Mazz compartió que los restos, probablemente de un adolescente, se encontraron en una fosa bajo los niveles de destrucción del Caserío, lo que indica que pertenecen al periodo de operación de la Compañía de Filipinas, donde personas esclavizadas vivían y trabajaban en condiciones de confinamiento.
López Mazz señaló que los restos no tenían objetos asociados, lo cual es característico de las prácticas de entierro en contextos esclavistas, y que aún deben realizarse estudios de ADN para determinar su sexo y procedencia. Si bien algunos especulan que los restos son de una mujer, López Mazz prefirió la cautela, "sería una irresponsabilidad afirmar algo sin los estudios necesarios".
Sobre el descubrimiento sus estudiantes de antropología de la facultad, como Julieta, Sofía, Kiev y Tomás, relataron la profunda carga emocional y el simbolismo del hallazgo de los restos humanos. "Es una emotividad muy particular la que se siente", afirmaron, y describieron la experiencia de trabajar con los restos como un momento de descubrimiento que confirma la historia de la esclavitud en Uruguay.
En cuanto a la posibilidad de nuevos hallazgos, confirmó López Mazz que se continuará excavando en el lugar, con la esperanza de identificar otros elementos importantes como el muelle de desembarco y otros posibles enterramientos.
Mundo Afro y su rol en el rescate de la memoria
Desde hace más de dos décadas, Mundo Afro es un pilar en la preservación y reivindicación de la historia afrodescendiente en Uruguay. Verónica Villagra, presidenta de la organización, explicó para Caras y Caretas que el proceso comenzó gracias a la iniciativa de Romero Rodríguez, un pionero en el tema. A lo largo de los años, esta iniciativa se fortaleció, y actualmente, Mundo Afro contribuye a dar sustento legal y antropológico a las investigaciones en el Caserío de los Negros.
Villagra afirmó que el hallazgo de estos restos óseos reescribe la historia y "constata y ratifica" relatos que habían sido transmitidos oralmente. "Lo material condiciona, lo material es lo que te da lo real", enfatizó Villagra, quien espera que esta evidencia material abra nuevas puertas para ampliar la búsqueda de otros sitios de memoria y fortalezca las acciones del Estado hacia una reparación histórica más profunda.
Leticia Rodríguez Taborda, directora de la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes de la IM, expresó la importancia de este hallazgo en el contexto de los 300 años de Montevideo. Para Rodríguez Taborda, esta revelación confirma lo que ancestros y líderes comunitarios afrodescendientes compartieron durante generaciones. Recordó especialmente a figuras históricas como Miriam Acuña, quien señalaba con precisión el lugar donde estaban sus antepasados, y a Susana Andrade y Óscar Montaño, quienes trabajaron incansablemente para dar a conocer esta historia. Rodríguez explicó que el Caserío de los Negros "no solo preserva la memoria de la comunidad afrodescendiente, sino también un proceso de resistencia frente al racismo institucional" que, por mucho tiempo, intentó silenciar estos episodios.
Para Rodríguez, es fundamental entender que la llegada de personas esclavizadas es un capítulo oscuro y representa la fundación misma de Montevideo. "Estos barcos negreros son los fundadores de Montevideo y en estos vestigios encontramos el alma de nuestros antepasados", dijo. Además, resaltó cómo la esclavitud dejó secuelas biológicas, como la prevalencia de la anemia falciforme en la comunidad afrodescendiente, condición heredada de aquellos que sobrevivieron al tráfico trasatlántico. Este reconocimiento de los orígenes afrodescendientes de la ciudad y la visibilización de estos vestigios históricos reafirman el derecho de la comunidad a ser recordada como parte de la fundación de Montevideo y de Uruguay.
Un trabajo colectivo y multidisciplinario en la investigación arqueológica
El proyecto, impulsado por la Intendencia de Montevideo, la UNESCO y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, inició en 2010 y se enmarca dentro de las actividades para conmemorar los 300 años de Montevideo. Las excavaciones en el barrio de Capurro han revelado vestigios de infraestructura de la Real Compañía de Filipinas, que operó en Montevideo entre 1787 y 1812 como un centro clave para el tráfico de personas esclavizadas hacia el Virreinato del Río de la Plata. Desde julio de 2024, las investigaciones se concentran en hallar indicios de los sitios de confinamiento donde miles de africanos fueron retenidos antes de ser vendidos.
El intendente de Montevideo, Mauricio Zunino, señaló la trascendencia de este hallazgo como una oportunidad para reconstruir la memoria colectiva y reparar el daño causado por siglos de racismo. "Este hallazgo es un avance, un indicio", señaló, subrayando que los restos encontrados representan la puerta de entrada al mercado esclavista en el Cono Sur y un punto de origen para la historia afro en Uruguay. Zunino también enfatizó la responsabilidad de dejar que la ciencia siga avanzando en esta investigación histórica para generar un "proceso sólido de reconstrucción" y una valoración integral del impacto de la esclavitud en la sociedad uruguaya.
Finalmente tuvimos la oportunidad de hablar con Miriam Fernández, vecina de toda la vida del barrio Capurro y miembro de la comisión de preservación del Caserío, quien nos contó sobre su vivencia en este proceso que calificó como "indescriptible" por la mezcla de sentimientos que provoca. "Es una mezcla de alegría, de dolor, de saber que uno forma parte", expresó emocionada. Para Fernández, el Caserío es un lugar de gran significado que ya había sido identificado hace unos seis u ocho años, cuando se realizaron investigaciones que sacaron a la luz hallazgos menores de la vida cotidiana, como pipas. Sin embargo, este descubrimiento reciente, que revela restos humanos, profundiza la conexión de la comunidad con su historia. "Estoy muy contenta, muy conmovida, porque realmente es un privilegio que no merezco".